Referencias

Es difícil de explicar las sensaciones que tuve la primera vez me encontré con un Cane Corso delante de las narices, fue una mezcla entre tener la necesidad de salir corriendo por lo que me impresionó, y el deseo de seguir contemplando la belleza, el porte y la sobriedad que desprendía el animal. Ese día sin duda, me quedé prendado de la raza, nunca en mi vida había deseado tanto tener algo con tanta intensidad. Leí todo lo que se puede leer sobre la raza, vi todos los vídeos en internet que fui capaz de encontrar, me metí en todas las webs de los criaderos de los que tuve noticia.
Que complicada decisión, ahora que sabía que ese era mi perro, tocaba decidirme por uno de los criaderos que tantas veces había visto; dar el siguiente paso, alguien sin experiencia como yo, un novato en toda regla, como explicar a la persona que me cogiese el teléfono, que no sabía explicar exactamente el run-run que tenía dentro, que por un lado tenía el deseo de tener uno de esos perros, que no me lo podía quitar de la cabeza, y por otro lado la duda de si sería una buena decisión dado que tenía hijos pequeños y ninguna experiencia con perros. Hablé con varias personas responsables de otros tantos criaderos, gente todos ellos muy amables y que se notaba que tenían un conocimiento profundo del mundo del Corso, pero seguía con las dudas, había una pequeña barrera, un miedo que no me permitía dar el paso definitivo. Hice lo que pensaba que iba a ser la última llamada a otro criadero antes de tomar una decisión definitiva, y resultó que fue la primera de decenas de ellas.
Esto que voy a decir ahora sí que es muy fácil de explicar, cuando contacté con Laura Vidal, me encontré con alguien que no solamente respondía todas mis dudas, si no que además sentía que me entendía, que se ponía a mi lado del teléfono, literalmente me llevó de la mano haciéndome conocedor de muchos aspectos que desconocía sobre la raza. Estaba decidido, quería un Rayla di Cors.
Y ahí empezó todo, una espera larga, muy pero que muy larga, lamentablemente, por causas sobrevenidas, el cachorrito que con tantas ganas e ilusión esperábamos se hizo de rogar. Y es ahí, en ese preciso momento, cuando comprendí que la elección había sido la correcta, cuando las cosas se complican de verdad es cuando comprendes que estar rodeado de profesionales y de buenas personas es lo más importante. Muchas llamadas, muchas horas al teléfono, muchos ánimos a través de la línea y sobre todo la sensación de saber que esa mano que Laura me había cogido no la iba a soltar jamás.
Y como no, al final el cachorro llegó. Y que me encontré….. vídeos desde el nacimiento, mensajes constantes de cómo iba el muchachete, consejos sobre alimentación, inhibición a la mordida, socialización con otros perros y personas, ejercicio del cachorro, vacunación, etc, etc., y como resultado del trabajo realizado desde el nacimiento, y siguiendo por los consejos que sigo recibiendo a día de hoy, puedo decir que tengo un perro increíblemente cariñoso, estable y que representa a la perfección el estándar de los buenos Cane Corsos.
Para el que esté leyendo estos párrafos, solamente desearle que algún día pueda estar tan feliz como yo de formar parte de esta gran familia de Rayla di Cors.
- Isaac García (orgulloso propietario de Precious Ares Rayla di Cors)